Mar
Para mí, los talleres y reuniones en círculo de mujeres en 13 Hadas y Muchas Mariposas, fue toda experiencia de emociones y sentires. Fue muy positivo, y se lo recomiendo a toda mujer que quiera tomar conciencia de cómo reacciona su cuerpo ante su propio ciclo, como este puede afectar a su personalidad y a su energía, y en definitiva a su vida. A toda mujer que quiera recordar cuál es su verdadera esencia, y reconciliarse con su verdadera feminidad y con la feminidad que hay en toda la naturaleza y en todos los seres. Que quiera conectarse con la Madre Tierra, con la Madre Luna y con su verdadero Ser.
Es una oportunidad para conocer como nos sentimos en lo físico, mental, emocional y espiritual en cada momento como mujeres cíclicas que somos, y ser coherentes, siempre desde la Aceptación y el Amor.
El Temazcal fue una
ceremonia poderosa y amorosa de vinculación con la tierra, me sentí en el
cobijo y calorcito del vientre de la Pachamama. Sentí como si me acunara una
energía suave, dulce y amorosa, y me sentí unida a la Madre Tierra, desde ese
lugar profundo y seguro. Los cánticos eran como nanas que me arropaban. Y al
ser un Temazcal de mujeres, sentí la unión con mis hermanas y la conexión con
toda la feminidad que hay en el Universo, a la Madre Luna. Y la conexión con mi
verdadero Ser.
Noelia
Recuerdo la primera vez que vi la casita de 13 hadas y muchas mariposas. Mi corazón me latía con fuerza. Una bonita casa rodeada de naturaleza, donde podía sentir el silencio de la Pachamama, la dulzura, la sabiduría y el acogimiento que yo necesitaba recordar. En la sala donde hicimos los talleres sentí una energía poderosa que comprendí que era vital para sanar mi útero y soltar lo que ya no necesito. Nunca olvidaré porque están guardaditos en mi corazón la danza mirando la hermosa luna, los paseos nocturnos en la naturaleza, el "bautizo" con infusiones de flores-medicina, la conexión profunda conmigo a través del llanto, los cantos acompañados con el calor transformador del fuego, la transcendencia en la cueva del gato y los abrazos cálidos y caóticos dulces de Nahena Ahora más que nunca me siento parte de la Pachamama y me siento feliz porque somos muchas. Gracias Nahena por tu hermosa labor.
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